jueves, 15 de enero de 2015

El petróleo ligero y Ayotzinapa

La visita de Peña a Obama los días 5 y 6 de enero, se dio poco después de que el presidente de EEUU ofreciera ayudar a México con el caso Ayotzinapa. ¿Es posible que el gobierno estadounidense con sus redes de espionaje tuviera en sus manos información suficiente para chantejear al presidente Peña o que el Estado Mexicano escondiera alguna responsabilidad en el asunto, y obligarlo a comprar su petróleo ligero a cambio de guardarse toda la investigación sobre el caso de los normalistas secuestrados?

La foto en que Peña mira con recelo a Obama me hizo suponer que aquel ser superficial estaba atrapado, que había sido descubierto en algo turbio. No me refiero al asunto de la Casa Blanca de más de ocho millones de dólares, no creí que aquello le importara después de que congregó a los gobernadores y a todos los poderosos empresarios mexicanos a que lo respaldaran el 27 de noviembre de 2014 en el Palacio Nacional, y menos confié que el congreso lo llamara a declarar, después de los moches millonarios que han recibido por parte del gobierno federal. La Casa Blanca, si acaso le podía costar la presidencia. Aquella mirada es la misma con la que ven los culpables al ministerio público una vez que se les ha comprobado la responsabilidad de una fechoría y no la de un estadista haciendo grandes negocios políticos. Obama sí tenía el semblante de alguien que ha logrado un estupendo negocio.

¿Si usted fuera el presidente de un país petrolero, le compraría 100,000 barriles de petróleo al día a otro país argumentando que se utilizará en las refinerías, a las que todo el tiempo catalogó usted y su equipo (con el que impulsó la reforma energética) como un pésimo negocio?

Si lo anterior no fuera sólo producto de mi imaginación, en los próximos días sería posible que el gobierno de los Estados Unidos, a través de alguna de sus instituciones de investigación fuera quien se encargara de emitir un comunicado sobre el caso Ayotzinapa, en el que se liberara de toda responsabilidad al Estado Mexicano. Algo así como los sospechosos videos en los que aparecía un Osama bin Laden amenazador, que parecían más obra de Carlos Trejo que de terroristas árabes, pero en este caso para defender al gobierno de Peña.