Es en el Formalismo Ruso donde se empieza a aplicar la lingüística al estudio de la
literatura, para esto se concentraron en el análisis de la forma literaria (el
cómo se dice: la estructura, las características de un tema en especifico, el
contenido, recursos, imágenes, el estilo y la ambientación), dejando en un
segundo plano el fondo (lo que se dice: ideas, sentimientos, conceptos y
argumentos). “Lejos de considerar la forma como expresión del contenido, dieron
la vuelta a estas relaciones y afirmaron que el contenido era meramente la
motivación de la forma”.[1] Esta manera de abordar el
estudio de los textos, pretendía también distinguir entre el lenguaje poético y
el lenguaje estándar. Shklovski en su ensayo El arte como artificio explicó que: “La finalidad del arte es dar
una sensación del objeto como visión y no como reconocimiento: los
procedimientos del arte son los de la singularización de los objetos, y el que
consiste en oscurecer la forma, en aumentar la dificultad y la duración de la
percepción”.[2]
Los formalistas aseguraban que en el lenguaje cotidiano las percepciones de la
realidad, se desgastaban, “se automatizaban”, en cambio en la literatura se hacía
más perceptibles los objetos, el mundo contenido en ellos se renovaba, esto se lograba
ordenando el lenguaje ordinario con la intención de obtener mucha más sustancia
en esa posesión.
De este modo, el lenguaje puede ser
depurado estilísticamente para elevar sus cualidades expresivas, con la
intención de impresionar, embellecer o llenar de sustancia las palabras, para
causar un efecto sobre la imaginación y la inteligencia del lector, entonces,
será así un lenguaje poético o literario, por el contrario un texto normal no
ofrece intenciones estéticas, puede ser más bien pragmático con la intención de
ofrecer un mensaje, adaptado a las necesidades prácticas, casi siempre para su
uso instantáneo. Octavio Paz dice que: “la operación trasmutadora consiste en
lo siguiente: los materiales abandonan el mundo ciego de la naturaleza para
ingresar en el de las obras, es decir, en el de las significaciones”.[3] Es de esa forma como el
lenguaje ordinario se revitaliza a través del ingenio adquiriendo un carácter
nuevo o raro.
[1] Terry
Eagleton, Una introducción a la teoría literaria, Introducción: ¿Qué es
literatura?, México D.F., 1998. p. 6.
[2] Victor
Shklovski, El arte como artificio, [en línea], http://humanidades.uprrp.edu/smjeg/reserva/Literatura%20
Comparada/lite3101/Ruben%20Rios%20Avila/sklovsky.pdf
4/6/2011
[3] Octavio
Paz, El arco y la lira, México D.F., 1956, p. 7